ORAR SIN CESAR

“Orad sin cesar” (1ª Tesalonicenses 5:17).

 

Saludos mis amigos en Cristo. Hoy quiero compartir contigo promesas de ORACIÓN para continuar con entusiasmo, altruismo, fe y ánimo en todos los propósitos, retos y pruebas que tendremos en este año.

 

Las Escrituras dicen:

📖 “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).

📖 “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan” (Proverbios 8:17).

📖 “Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará” (Salmos 37:4-5).

📖 “Claman los justos, y Jehová oye. Y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmo 34:17-19).

 

Y ¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, enseñó a sus discípulos a orar:

📖 “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (Mateo 6:6-8).

📖 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:9-13).

📖 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15).

Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirlo. La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes bien nos eleva a él (El Camino a Cristo, p. 92).

La oración nos une mutuamente con Dios. La oración trae a Jesús a nuestro lado, y da al alma desfalleciente y perpleja nueva energía para vencer al mundo, a la carne y al demonio. La oración aparta los ataques de Satanás (Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 195).

 

Y les dio la seguridad de que sus oraciones serían oídas, como nos es dada también a nosotros.

📖 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-14).

📖 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7-8).

📖 “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22).

📖 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7).

 

 

Orad en vuestro aposento; y al ir a vuestro trabajo cotidiano, levantad a menudo vuestro corazón a Dios. De este modo anduvo Enoc con Dios. Esas oraciones silenciosas llegan como precioso incienso al trono de la gracia. Satanás no puede vencer a aquel cuyo corazón esta así apoyado en Dios. No hay tiempo o lugar en que sea impropio orar a Dios. No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en ferviente oración. En medio de las multitudes y del afán de nuestros negocios, podemos ofrecer a Dios nuestras peticiones e implorar la divina dirección, como lo hizo Nehemías cuando hizo la petición delante del rey Artajerjes. En dondequiera que estemos podemos estar en comunión con él. Debemos tener abierta continuamente la puerta del corazón, e invitar siempre a Jesús a venir y morar en el alma como huésped celestial (Camino a Cristo, p. 99)

 

Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. No podéis agobiarlo ni cansarlo. El que tiene contados los cabellos de vuestra cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos. "Porque el Señor es muy misericordioso y compasivo' (Santiago 5: 11). Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aún por nuestra presentación de ellas. Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la pueda soportar; él sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar. Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningún gozo alegrar, ninguna oración sincera escaparse de los labios, sin que el Padre celestial esté al tanto de ello, sin que tome en ello un interés inmediato. El "sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas" (Salmo 147: 3). Las relaciones entre Dios y cada una de las almas son tan claras y plenas como si no hubiese otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado (Camino a Cristo, p. 100).

 

¿CUÁNTAS VECES DEBEMOS ORAR? Las Escrituras dicen del rey David y del profeta Daniel lo siguiente:

📖 En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará.  TARDE Y MAÑANA Y A MEDIODÍA oraré y clamaré, Y él oirá mi voz” (Salmo 55:16-17).

📖 “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba TRES VECES AL DÍA, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes” (Daniel 6:10).

 

El secreto del éxito estriba en la unión del poder Divino con el esfuerzo humano (Patriarcas y Profetas, p. 543).

Los hombres que oran son hombres fuertes (Patriarcas y Profetas, p. 544).

Nadie que no ore puede estar seguro un solo día o una sola hora (Conflicto de los Siglos, p. 585).

 

 

Conclusión: Dios está esperando escuchar tus peticiones día con día y quiere darte una respuesta favorable y conforme a su voluntad. Búscale de todo corazón y entrégale tu vida a Cristo Jesús, y en toda circunstancia que pases ya sea de vida o de muerte, Dios te sostendrá con su Brazo todopoderoso. Y por eso te dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10). Por eso que, debemos orar por nuestros hijos, su futuro, sus luchas, aflicciones y necesidades. Orar por nuestro matrimonio, Orar por las necesidades de nuestros hermanos de iglesia, orar por los enfermos, orar por el trabajo y orar por la vida espiritual de nosotros. Dios te bendiga y te cuide en este maravilloso día.