LA ADORACIÓN ANTIGUA DEL SOL

«Entonces me llevó al patio interior del templo del SEÑOR. En la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, había 25 ancianos adorando al sol, de espaldas al templo del SEÑOR y mirando al oriente» (Ezequiel 8:16).

 

Saludos a todos mis amigos, hermanos y colegas. Hoy quiero hacer una reflexión acerca de la adoración del sol como dios en base a la historia de todas las culturas o civilizaciones de la tierra. Y ver como la adoración al sol fue una de las abominaciones o asco a Dios Padre, y por la cual, Dios castigó a los Israelitas en los días de los profetas Jeremías y Ezequiel. Y sin embargo, este pecado de adoración al dios sol (Sunday o domingo) se va repetir en los días finales de la historia de nuestro planeta a través de un día de descanso obligatorio que será dado por las Naciones Unidas a través del “Tratado de París” para los gobernantes de los países del mundo, o a través de la Encíclica Papal “LAUDATO SI” para todas las iglesias y religiones orientales, en los cuales, se está proponiendo dejar descansar a la tierra (nuestra villa común) un día para que no la contaminemos más, y ese día será el domingo de forma obligatoria, todo lo contrario al sábado de la Biblia ¿Quieres investigar conmigo la historia de la adoración al sol y de dónde viene el día domingo? Te invito para que vayamos juntos a la historia.

 

A lo largo de la historia han existido muchas tradiciones espirituales antiguas que florecieron, incorporando diferentes entendimientos del Creador y de los cuerpos celestes, como las estrellas, los planetas, la Luna, el Sol, los cometas y los meteoritos; que eran fuente de asombro y admiración. De manera similar, la gente se maravillaba al observar ciertos eventos como los eclipses, auroras boreales, y otras fuerzas de la naturaleza. Si bien todos estos objetos siguen siendo tan impresionantes como lo fueron en la antigüedad, los grandes avances en la ciencia implican que estamos constantemente expuestos a nuevas investigaciones sobre los cuerpos celestes.

La arqueología ha desenterrado muchas estructuras antiguas alineadas con los cuerpos celestes que sugieren firmemente la idea de que esas personas adoraban las estrellas, el Sol y la Luna. Algunos ejemplos son el Stonehenge en el Reino Unido, que es un antiguo círculo de piedras con una historia marcada de espiritualidad, las pirámides de Egipto, las pirámides del sol y la luna en México, y Machu Picchu en Perú.

Las piedras en Stonehenge están alineadas con la aparición del Sol en el horizonte en los solsticios de verano e invierno, cuando se mira desde el centro sobre la punta de la piedra del talón con su parte superior justo a la altura del horizonte. En ese momento, hace mil de años, los líderes sociales utilizaron su conocimiento del ciclo solar y el calendario como fuente de poder y riqueza, particularmente si podían dirigir a las masas sobre cuándo sembrar y cuándo cosechar.

 

En el antiguo EGIPTO, para las dinastías monoteístas, el Sol adquirió una gran importancia en la religión de los egipcios y en el rango del faraón. Algunos de los jeroglíficos representan al faraón con el sol en la cabeza, el gran Amon-Ra. Amon, o Amun fue considerado como el creador supremo, mientras que Ra era el antiguo dios Sol, por lo que los dos combinados como Amon-Ra, significa supremo dios sol. https://www.ahmadiyya-islam.org/es/articulos/adoracion-sol

El gran complejo de templos de Karnak en el Nilo parece estar orientado en dirección al solsticio de verano a través de la sala hipóstila y la sala de festivales adyacente. Gerald Hawkins afirmó con certeza en su trabajo que hay evidencia de que el templo se había alineado con el Sol de verano, y que el complejo del templo contenía “himnos de alabanza a ese dios que aparece al amanecer”. De hecho, uno de los templos en el sitio de Karnak (cerca de la ciudad moderna de Luxor) lleva el nombre de Ra-Hor-Akhty, un antiguo nombre egipcio que se puede traducir como el “Sol brillante en el horizonte” (Secretos de lugares antiguos y sagrados, Paul Devereux, Brockhampton Press, Londres 1993; p. 164)

En el culto EGIPCIO, Horus es el Sol naciente, Ra es el Sol del mediodía y luego Osiris (dios de los muertos) es el Sol moribundo o poniente. Algunos comentaristas incluso vinculan a Horus, Ra y Osiris con el concepto de la Trinidad cristiana (Enciclopedia de Mitos y Leyendas, Stuart Gordon, Headline Books 1993; p. 657).

Uno de los faraones egipcios más conocidos fue Amenhotep IV, que eliminó a los muchos dioses del reino y dijo a sus compatriotas que adoraran a un solo dios, representado por el disco solar conocido como aten, e incluso cambió su nombre por el de Akhenaton. Después de su muerte, Tutankhaten, quien se había casado con una de sus hijas, le sucedió, y volvió a las antiguas tradiciones y cambió su nombre por el de Tutankamón (Egipto: Gente, dioses, faraones. Rose-Marie y Rainer Hagen, Taschen, Koln, 2002; p. 47).

 

Los ROMANOS y los GRIEGOS también habían establecido su propio panteón de deidades e intercambiaron dioses con otras culturas. Entonces, tal vez como un gesto político de colaboración, Alejandro Magno estableció a Ammon-Zeus, un creador híbrido para satisfacer a las culturas griega y egipcia, y su obsesión con el Sol (Gordon, p. 32).

 

En América Central y del Sur, las culturas antiguas de los aztecas y los mayas también dependían en gran medida en la adoración de los cuerpos celestes y desarrollaron calendarios bastante complejos. Los AZTECAS tenían muchos dioses del sol, aunque principalmente veneraban a una deidad de piel roja llamada Tonatiuh, quien llevaba una corona de plumas de águila para volar por el cielo cada día y llevaba un disco dorado; y como no era un dios muy benevolente, era difícil de complacer, por lo que, en el mundo azteca, le hacían sacrificios humanos para asegurar que regresara al cielo cada día. Mientras que, para los MAYAS: “Kinich Ahau” el dios sol, era considerado el guía y gobernador de los dioses, patrón de la música y la poesía, además dios de la guerra. Kinich Ahau era el poderoso Dios del sol maya, la divinidad más temida, respetada y adorada de todos los dioses porque los mayas comprenden que de él dependen sus vidas. entremitosyleyendas.com/c-mayas/dios-del-sol-maya/

 

Para los INCAS, en los templos del famoso complejo de Machu Picchu en Perú, también se han asociado con un culto religioso Inca dedicado a la adoración del Sol. El sitio tiene varias piedras que se usan como postes de guía conocidos como Intihuatana (lit. ‘picota del Sol’) que fueron utilizados por los Incas para marcar el solsticio de invierno, el festival Inca de Inti Raymi. Algunos comentaristas describen este antiguo festival como un intento de atar el Sol para evitar que se mueva hacia el norte y que los días fuesen más cortos.

 

Cerca de la ciudad de México, el antiguo sitio de TEOTIHUACAN parece estar alineado con el cúmulo de estrellas conocido como las Pléyades, que anunciaban el día en el que el Sol estaba en su punto más alto en el cielo (el cenit). De hecho, las dos grandes pirámides presentes llevan el nombre del Sol y la Luna. Los AZTECAS también se deleitaban con la adoración y el apaciguamiento del Sol y realizaban felizmente sacrificios humanos para renovar las energías fallidas de su dios Sol Huitzilopochtli. (Patrones en la religión comparativa, Mircea Eliade, Sheed & Ward 1993; p.149)

En toda África, muchas tribus adoptaron como dioses a elementos naturales como el río, la montaña, la Luna y el Sol. Muchas otras culturas en Europa y Asia describieron a su creador como el Sol que da a luz a las estrellas, por ejemplo, los mitos asociados con Apolo, Baal, Marduk, Yhi y Phoebus. Las civilizaciones antiguas en muchas partes del mundo se maravillaron con el Sol, la Luna y las estrellas debido a su distancia, poder y ciclos regulares. Sin embargo, académicos como Bastian en el siglo XIX y luego Frazer a principios del siglo XX advirtieron que la adoración al Sol no era un fenómeno global, sino que prevalecía más en México, Perú, Egipto, Asia y en la Europa primitiva. (Eliade, p.124).

 

Mientras tanto, ISRAEL estaba rodeado de naciones que involucraban la adoración al sol. En Egipto, el dios sol se llamaba Amon-Ra; en Mesopotamia, Shamash; y en Canaán, Shemesh. Una de las ciudades cananeas conquistadas por los israelitas, cuando entraron a la Tierra Prometida fue Beth-Shemesh, "casa del sol", que puede haber sido un centro de adoración al sol (Josué 19:22).

Y pasado el tiempo, ya en la Tierra Prometida, durante el reinado de los reyes en Jerusalén, en los días de Manasés y Amón, su hijo, hicieron lo malo delante del Señor, adorando al sol en lugar de Jehová Dios. Dice la Escritura: “Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar y gobernó por 55 años en Jerusalén… E hizo lo malo delante del SEÑOR. Cometió los terribles pecados que cometían las otras naciones, las que el SEÑOR expulsó del país cuando entraron los israelitas. También construyó altares para Baal e hizo un poste de Aserá, tal como había hecho Acab, rey de Israel. Manasés adoró y sirvió a las estrellas del cielo…” (2ª Reyes 21:1-3,5). “Amón tenía 22 años cuando comenzó a reinar y gobernó dos años en Jerusalén…Amón hizo ante el SEÑOR las mismas maldades que había hecho su padre Manasés; siguió su mal ejemplo y adoró y sirvió a los mismos ídolos que su padre había adorado” (2ª Reyes 21:19-21). En estos versículos podemos leer que tanto Manasés como Amón, adoraron al sol; y prueba de ello fue que cuando vino el reinado del rey Josías, en la misma Jerusalén, hizo una reforma espiritual: celebró la pascua, y destruyó todas las imágenes e idolatría al ejército de los cielos. Dice la Escritura: “Después quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemaran incienso en los lugares altos de las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, así como a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, a los signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos (2ª Reyes 23:5). En este versículo podemos leer los pecados de Israel, cuando adoraban al sol, a la luna y a los signos del zodiaco, lo contrario al segundo mandamiento de la Ley de Dios, que dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las adorarás; …(Éxodo 20:4-6).

Y uno de los pecados o abominaciones en Israel, en los tiempos del profeta Jeremías, y del profeta Ezequiel, durante la cautividad babilónica, era que los ancianos de Israel le dieron la espalda el templo de Jehová Dios y adoraron al sol. Dice la Escritura: “Entonces me llevó al patio interior del templo del SEÑOR. En la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, había 25 hombres adorando al sol, de espaldas al templo del SEÑOR y mirando al oriente” (Ezequiel 8:16).

 

Durante los tiempos del CRISTIANISMO, Jesús y sus apóstoles, guardaron el sábado de la Biblia conforme al mandamiento de la Ley de Dios, que dice: “Acuérdate del sábado, para consagrarlo al Señor. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ... Porque el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró día sagrado” (Éxodo 20:8-11 versión Dios Habla Hoy). Jesús lo guardó en Nazareth: “Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras” (Lucas 4:16 DHH). Jesús lo guardó cuando llamó a sus primeros discípulos y los llevó al templo en sábado: “Llegaron a Capernaúm, y en el sábado Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar” (Marcos 1:21). El sábado fue guardado por los apóstoles de la Iglesia Cristiana: “Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos. Y decía: «Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo” (Hechos 17:2-3). “Y (Pablo) discutía en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos” (Hechos 18:4). Así que, podemos decir que tanto Cristo y sus apóstoles nos dejaron gran ejemplo en la adoración a Dios en el día sábado y no en el día domingo.

Como el cristianismo fue perseguido por el Imperio Romano porque los romanos querían que todas las razas de su imperio rindieran homenaje al Emperador y a los dioses y diosas romanos. A lo largo de tres siglos, gradualmente los cristianos comenzaron a asociar a Jesús con el dios romano Sol Invictus, al representar a Jesús como teniendo un halo solar alrededor de su cabeza al igual que el Sol Invictus, y al adoptar el día santo de su dios, el 25 de diciembre, como la fecha clave para el cristianismo, erróneamente celebrada como el nacimiento de Jesús.

 

La historia nos declara que el Emperador Constantino, fue el primer emperador que impuso una ley dominical, al cambiar el día de adoración del día sábado al domingo, como día del sol, porque los romanos adoraban al dios Mitra, según la mitología Romana es el dios del sol invicto sol, dios persa incorporado e introducido al imperio romano. https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-romana/mitra/

“Ley dada por Constantino, relativa al día de descanso, el 7 Marzo 321: “Que todos los jueces  y habitantes de la ciudad, y  todos  los  mercaderes y artesanos  descansen  en EL VENERABLE  DÍA DEL SOL. Empero que labradores atiendan en completa libertad al cultivo de los campos; ya que acontece que ningún otro día es tan adecuado para la siembra del grano y para plantar la viña; de aquí que no se deba dejar el tiempo favorable por el cielo” (Codex Justinianus, Libro 3, titulo 12 y párrafo 2(3); Cuerpo del Derecho Romano Tomo 4, pág. 333).

A partir de aquí en adelante, la Iglesia Católica Romana, fundada por Constantino con mezclada de doctrinas del imperio romano y cristianismo, cambió el Cuarto Mandamiento de la Ley de Dios, del sábado bíblico al domingo o Sunday en inglés, como día de adoración, justificando ser guardado en honor a la resurrección de Jesús.

 

 

Conclusión: Viene un día de descanso para supuestamente adorar a Dios, y de acuerdo al Tratado de París o la Encíclica papal “LAUDATO SI”, será el domingo; y de acuerdo a esto, volveríamos a la adoración del sol conforme a todas civilizaciones paganas de la tierra, las que no adoraban a Dios Padre ni a su Hijo Jesucristo. Pero sabes, esto va en contra de Dios porque Dios declaró que el sábado es el día de adoración para Él de acuerdo a la Biblia; y si tu crees en Dios, debes tomas decisiones para obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29). Dios te bendiga grandemente junto con tu familia.