ESCOGIDO FUI DE DIOS

«Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios TE HA ESCOGIDO PARA SERLE UN PUEBLO ESPECIAL, más que todos los pueblos que están sobre la tierra» (Deuteronomio 7:6).

 

Se dice que cuando una empresa va a contratar personal, pide ciertos requisitos, como un currículo de la carrera y cierta experiencia, y después que te entrevista y pasas la prueba, te contrata para ser parte del equipo de trabajo, y de esta manera emprendes una vida de experiencia técnica o profesional que culminará hasta el final de tu vida cuando llegues a tu jubilación. Mientras que, por el otro lado, si no cumples con el currículo y los requisitos, no hay contrato, y por ende, no hay trabajo.

 

Tuve el privilegio de trabajar para la SEP en México por 22 años, y hoy en día, se pide como requisito el ser titulado en la carrera que se ejercerá, o en su caso, se da un plazo de tiempo para adquirir el Título Profesional.

Cuando Jesús escogió a sus discípulos, no les puso ciertos calificativos o peros, los escogió de entre los diferentes status sociales, carreras, familias, letrados o no letrados, edades, etc. Él solo vio la disponibilidad en su corazón y lo que podrían hacer para Él en la tierra y proyectarse para un mundo venidero. Y desde los tiempos antiguos lo hizo con los hijos de Israel porque como dice la Biblia: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Y los escogió con todos sus errores, sus defectos, y fracasos para darles una oportunidad de vivir y ser felices, y ser hijos e hijas de Dios, aun cuando el mundo los haya desechado por todos sus fracasos. Dice la Escritura: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1ª Corintios 1:26-29). Veamos algunos ejemplos:

i) A David lo escogió siendo aun niño, como dice la Escritura: “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1ª Samuel 16:7). Y aun cuando de grande, David adulteró y mató, Dios no lo desechó porque David se arrepintió (Salmo 51). Y en su tiempo tuvo paz en Jerusalén con todas las naciones que le rodeaban.

ii) A Salomón, el hijo de David. Aún cuando Salomón siendo el más sabio de los reyes de Judá, y anduvo con muchas mujeres paganas que lo apartaron del Señor, Dios le dio otra oportunidad, y escribió para nuestro ejemplo el libro de Proverbios, Eclesiastés donde Salomón declara el TODO del hombre, que no es el dinero, ni el oro, ni las mujeres, ni los placeres, ni el vino, etc. sino como dice la Escritura: “Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:12-14). Así que no los muchos títulos universitarios, diplomados, etc. sino la misericordia de Dios cuando uno se arrepiente.

 

Y ya presente en esta tierra Cristo Jesús, hizo lo mismo con sus discípulos, entre los cuales escogió:

1) A MATEO, un Publicano que le dio la espalda a sus compatriotas Israelitas, cobrando los impuestos de parte del Imperio Romano. Pero quien posteriormente, escribió el primer evangelio de la vida, el ministerio y resurrección de Cristo Jesús.

2) A PEDRO, quien después de caminar con Jesús tres años y medio, al final del ministerio de Jesús, negó a su Maestro, tres veces (Lucas 22:54-2), y quien también después de reconocer su debilidad, Jesús le llamó, encomendándole la misión de apacentar sus ovejas (Juan 21:15-19). Pedro se preparó y esperó la venida del Espíritu Santo, orando diez días, y cuando llegó el Espíritu Santo, Dios lo usó en el aposento alto y predicó el primer mensaje apostólico en el que se convirtieron 3000 personas. Dice la Escritura: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41). Y después otros cinco mil: “Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil” (Hechos 4:4).

Probablemente tú y yo estemos como Pedro, le hemos negado y estemos apartados de Jesús en este día, pero hay buenas nuevas, Jesús perdona todos los pecados reconocidos y confesados al Padre en su nombre. ¿Te gustaría hacerlo y regresar al Maestro Jesucristo este día?

3) A Jacob o SANTIAGO, hijo de Zebedeo a quien, junto con Juan su hermano apellidó Boanerges, esto es hijos del trueno, por el carácter que tenían. En cierta ocasión, queriendo entrar en una aldea de samaritanos no recibieron a Jesús, y Santiago junto con Juan, viendo esto dijeron a Jesús: “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea” (Lucas 9:54-56). Tiempo después de caminar al lado de Jesús, Santiago dio testimonio de su fe, pues, fue el primer mártir de los discípulos de Jesús, cuando Herodes, le mató a espada (Hechos 12:2).

4) A JUAN, hijo de Zebedeo a quien también, junto con su hermano Santiago, apellidó Boanerges por el carácter que tenía… pero Juan, a diferencia de todos los demás discípulos, después de recibir las enseñanzas de Jesús, se quedaba para preguntar de forma personal a su Maestro y así aclarar todas sus dudas; y fue así como Juan llegó a amar tanto a su Maestro, que, mientras todos los discípulos le abandonaron, Juan estuvo al pie de la cruz contemplando el sacrificio de Jesús, y a quien, también se le encargó la custodia de María, la madre de Jesús (Juan 19:26-27), y quien también llegó a ser el “discípulo amado de Jesús”.  Juan escribió la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús en el evangelio que lleva su nombre, además de tres epístolas (1ª, 2ª y 3ª carta de Juan), junto con el Apocalipsis. Jesús a través de la vida de Juan, nos enseña que puede transformar nuestras, vidas en sus diferentes caracteres, como lo hizo con Juan, y ser llamados hijos e hijas amados por Él.

5) A TOMÁS, el incrédulo, quien después de la resurrección de Jesús, no creyó al relato de los discípulos y dijo: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: !Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:25-29).

Jesús estaba hablando a personas como tú y como yo. ¿Tú crees en Jesús, o dudas como Tomás? Hoy en día no requieres ver las imágenes de Jesús y postrarte ante ellas para creer en Él, sino aceptarlo solamente por fe como tu Salvador personal, de acuerdo a un “Escrito Está” o “Así dice el Señor. La Biblia dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Y de esta misma forma, los reformadores de la Edad Media, dijeron lo que dijo el apóstol Pablo: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17). Porque la fe es creer en Dios sin verlo ¿crees tú o dudas?

5) A MARCOS, el evangelista, llamado en la Biblia, Juan Marcos. Este personaje aparece varias veces en los Hechos de los Apóstoles. Se le cita por primera vez en Hechos 12:12, cuando Simón Pedro, milagrosamente liberado de la cárcel, se refugia en casa de María, madre de "Juan, por sobrenombre Marcos". Acompañó a Pablo de Tarso y a Bernabé en el primer viaje misionero de Pablo (Hechos 13:5), pero se separó de ellos cuando llegaron a Panfilia, regresando a Jerusalén (Hechos 13:13), en estos versículos se hace referencia a él simplemente como "Juan". Cuando Pablo iba a iniciar su segundo viaje, tuvo una grave disputa con Bernabé a propósito de "Juan, llamado Marcos": Bernabé quería que fuese con ellos, pero Pablo se negaba, ya que les había abandonado en el viaje anterior. Pablo y Bernabé terminaron por separarse; y Bernabé, tomando a Marcos navegó a Chipre, y Pablo escogiendo a Silas… pasó por Siria y Cilicia (Hechos 15:37-40).

Tú y yo podemos ser como Marcos, decidiendo con quien queremos ir de misioneros para predicar el evangelio, pero lo importante es estar al lado de Cristo Jesús en la misión, porque Él dijo: “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:20).

6) A LUCAS el Doctor, quien, no andando con Jesús como discípulo, investigó toda la vida de Jesús y terminó convirtiéndose al cristianismo y escribiendo su evangelio. Autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. El propio Lucas se excluye a sí mismo de las personas que fueron testigos directos de Cristo. Interesado por la verdad histórica, San Lucas reprodujo en su Evangelio aquello que había oído directamente a los apóstoles y discípulos de Jesús: «... según nos lo transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y luego servidores de la palabra, también yo, después de haber investigado con exactitud todos esos sucesos desde su origen, me he determinado a escribírtelos ordenadamente...» (Lucas 1:2-2).

Lucas es el único escritor del nuevo testamento que claramente se identifica como un no-judío. Lucas no se nombra a sí mismo en sus dos libros, pero Pablo lo menciona en tres epístolas. Tanto Lucas como Hechos se dirigen a la misma persona, Teófilo (Lucas 1:3; Hechos 1:1). Nadie sabe exactamente quién fue Teófilo, pero sabemos que el propósito de Lucas para escribir los dos libros complementarios, era para que Teófilo supiera con certeza sobre la persona y obra de Jesucristo (Lucas 1:4). Además, también Lucas fue un amigo cercano de Pablo, quien se refirió a él como "el médico amado" (Colosenses 4:14). Pablo también se refiere a Lucas como un "colaborador" (Filemón 1:24). Lucas acompañó a Pablo en su viaje a Jerusalén y Roma y estuvo con él allí durante su encarcelamiento (2ª Timoteo 4:11). La clara descripción de Lucas de sus viajes con Pablo en Hechos 27, parecen indicar que él había viajado mucho con él en muchas de sus misiones.

Probablemente tú como Lucas solo seas un investigador de la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús, pero te digo algo, Lucas se convirtió al cristianismo y fue un gran misionero al lado de Pablo siguiendo a Jesús.

7) A JUDAS ISCARIÓTE, quién lo traicionó y entregó en las manos de los judíos para que lo crucificaran, y de esta manera se cumpliera la profecía.

Aquí quiero hacer un poco de hincapié con respecto a Pedro y a Judas Iscariote. Pedro traicionó a Jesús negándole tres veces, pero se arrepintió y regresó al Maestro reconociendo su pecado y aceptó el ministerio de “apacentar las ovejas del Señor”. Mientras que Judas Iscariote traicionó a Jesús, se arrepintió por remordimiento y después se colgó. Dice la Biblia: “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú! Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó” (Mateo 27:3-5). Este último tomó la justicia en sus manos y le fue mal. Mientras que Pedro volvió al Maestro, fue perdonado e incorporado al servicio de Dios. Pedro fue uno de los grandes apóstoles de los judíos en la Iglesia cristiana de Jerusalén.

8) A PABLO, con el nombre de Saulo de Tarso, fue el principal perseguidor de los cristianos de la Iglesia en Jerusalén… Continuará.

 

 

El Hijo de Dios es el centro del gran plan de redención que cubre todas las dispensaciones de las edades. Es el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"(Juan 1: 29). Es el Redentor de los caídos hijos de Adán en todos los siglos del tiempo de gracia humano. "En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12). Y solamente la “sangre de Cristo puede cubrir y perdonar todos los pecados del mundo entero” y no las peregrinaciones de rodillas, la contemplación de los santos, las mandas, los castigos o flagelaciones que muchos hacen para clamar su conciencia o todas las grandes cantidades de dinero mal habido que donan muchas personas para justificar sus hechos.

 

¿Deseas aceptar a Cristo Jesús como tu Salvador personal en este día para que te redima junto con tu familia? Dios te colme de bendiciones y sigas a Cristo realmente con un “Escrito Está” o “Así dice Jehová” o “Así dice el Señor”.