HISTORIA DE MI CONVERSIÓN

«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros , dice Jehová el SEÑOR, planes para su bienestar, y no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza» (Jeremías 29:11).

 

 Cuando salí de la Universidad de Chapingo en el 1987, terminé mi carrera, Ing. Agrónomo Zootecnista y como deportista tenía también, otro certificado de Artes marciales: Cinta Negra 1er DAN en Tae Kwon Do. Por muchos años lo estuve practicando como una disciplina marcial, desde la Prepa, agosto de 1980 cuando lo inicié como una disciplina hasta terminar la carrera en mayo del 1987. Trabajé un año en México y posteriormente pasé a los EUA con una visa y, como estaba la amnistía americana, arreglé papeles y me hice americano en el 1989. Pero trabajando en los Ángeles, en un día lluvioso, el 7 de diciembre de 1991 tuve un accidente donde un servidor se volteó en una camioneta Silverado de un lado del Freeway 405, carretera de alta velocidad, hasta quedar del lado contrario, a la altura de la Carson ave. Como hubo problemas de daños materiales y muerte, pasé por un proceso de juicio en la Corte de Compton, CA, y en estas circunstancias, hice una promesa a Cristo; para mí en aquel entonces, como rezaba el rosario y el credo diariamente, me refugiaba en la frase “está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá a juzgar a vivos y a muertos” y le dije: “Si me ayudas a salir inocente de este accidente, yo voy y arreglo la cruz que está en la cúpula de la parroquia de mi pueblo”; como a unos 50 m de altura. Y mientras trabajaba y atendía el juicio, desde enero hasta mayo del 1992, cuando se me dio el veredicto de inocente; entonces hubo una interrogante en mi mente y cuestioné a Dios, una noche yendo a trabajar desde Long Beach hasta los Ángeles, donde solía hacer mi recorrido diario por los Free Ways 710, 405 y 110, y llorando levantaba mis ojos al cielo diciendo ¿por qué Dios me dejaste cuando había habido una muerte durante ese accidente?  Nunca lo entendí hasta que en mayo de 1993 fui a mi pueblo, y entrando me fui de rodillas durante 300 metros hasta que llegué a la parroquia, y entregué la manda. Durante esa semana me moví a Irapuato y León Gto para buscar y comprar las micas de color blanco y las lámparas Neón, armé la cruz con la ayuda de Dios hasta que dejé alumbrado mi pueblo. Regresé a los EU y, como ya tenía ciertos conocimientos previos de la Biblia; había leído los Diez Mandamientos originales en mi Biblia católica Latinoamericana, y como alguien me invitó a escuchar en aquel entonces al Ptr. Hugo Gambetta en la Iglesia de North Hollywood, el Espíritu Santo me impresionó con las Sagradas Escrituras y entendí el plan de Dios para mi vida. En la universidad me habían enseñado todas las filosofías humanas: Filosofía I, II y Materialismo Dialéctico e Histórico, las ideas de Carlos Marks y Federico Engels del comunismo, las ideas evolucionistas de las teorías del origen del hombre sobre la tierra y eras geológicas; el conocimiento de las filosofías orientales por la investigación que hice en una tesis para poder titularme en artes marciales. Además de haber estado en un movimiento religioso en la universidad “Gnosticismo cristiano” donde se me enseñaba la meditación y levitación junto con la Biblia, y me decían que Jesucristo había sido un gran meditador oriental y que con esto había desarrollado las trece chacras o puntos de energía de la columna vertebral, lo que ellos le llaman “la serpiente kundalini” dominando los siete elementos de la naturaleza; y entonces,  al practicar esto eres como un dios y estás en armonía con todo el universo, y no necesitas de un Salvador.  

 

Una vez, ya en California, estuve practicando con los japoneses seis meses sus creencias sintoístas. Al momento de entrar a su templo nos quitábamos los zapatos y en seguida que un sacerdote japonés abría un altar de escritura jeroglífica, todos nos postrábamos como los musulmanes y repetíamos algunas frases en su idioma. Con todo esto, y aunado a mis creencias religiosas de la letanía del rosario diario y la liturgia de la misa cada ocho días ¿a dónde más iría en busca de Dios? Y rodeado de vastos conocimientos, el único camino que me faltaba era el camino del Dios verdadero. Entonces conocí de Cristo Jesús y su Palabra, y me hice cristiano, bautizándome el 27 de noviembre del 1993, y desde aquel entonces soy cristiano por convicción y conversión de las Sagradas Escrituras con un “Escrito Está” o “Así dice el Señor” siguiendo su Palabra y no las tradiciones. 

 

Dejé de practicar las artes marciales porque entendí que era luchar con mis propias armas humanas, y como detrás de las artes marciales está el espiritismo, es decir, cualquier arte marcial oriental le rinde culto e incienso a la cobra, a la serpiente y al Dragón, que son los títulos de Satanás en la Biblia. Hoy en día, oro todos los días, estudio y he estudiado las Sagradas Escrituras junto con las profecías; y Dios comanda ángeles poderosos que cuidan de mi vida como lo han hecho en la historia de la vida de todos los hijos de Dios: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, los profetas, los apóstoles, etc.

 

Dios está en todas partes, más cerca de lo que creemos. Vela nuestra entrada y salida. Mientras trabajamos, viajamos y dormimos, él cuida de nosotros. Sus ojos están viendo nuestros movimientos, qué hacemos o dejamos de hacer; lo más maravilloso de nuestro buen Dios es que nos libra de muchos peligros y pelea nuestras batallas. Si no fuera porque Dios interviene a diario, ya habríamos perecido. Y dentro de las tantas promesas de protección que Dios tiene para todos los que confían en Él por los méritos Cristo, quiero compartirte algunas de ellas con las cuales me fortalezco día con día: 

1) “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).

2) “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

3) “El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. Gustad y ved, que bueno es el Señor; Dichoso el hombre que confía en él” (Salmos 34:7-8).

4) “El que habita al abrigo del Altísimo. Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y baluarte es su verdad” (Salmos 91.1-4).

5) “Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias. Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado” (Salmos 34:17, 19-20).

6) “Jehová es mi pastor; nada me faltará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:1, 3-4).

7) “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos” (Salmos 91:11).

8) “Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Elíseo, y dijo: Te ruego, oh Señor, que abras los ojos de Giezi para que vea. Entonces el Señor abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo” (2ª Reyes 6:16-17). 

9) “Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos” (Isaías 37:36).

10) Y las Sagradas Escrituras hablando del poder de Cristo dicen: “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (1ª Pedro 3:22). Elena de White dice: “La mano que sostiene los mundos en el espacio, la mano que mantiene en su disposición ordenada y actividad incansable todas las cosas en el universo de Dios, es la mano que fue clavada en la cruz por nosotros” (La educación, pág. 132).

 

Esta historia quedó registrada en mi libro de memorias en el cielo y el Señor Jesús tiene el control de mi vida, ahora y para siempre; tiene el control del universo y de todo lo que pasa en la tierra, y ninguna oración se le pasa desapercibida sin que Él lo sepa. ¿Te gustaría seguir a Jesús, servirle y seguir sus pisadas, y que desde el cielos proteja tu vida?