¿POR QUÉ Y PARA QUÉ FUI ESCOGIDO?

Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios TE HA ESCOGIDO PARA SERLE UN PUEBLO ESPECIAL, más que todos los pueblos que están sobre la tierra» (Deuteronomio 7:6). ”Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1ª Pedro 2:9).

 

¿POR QUÉ ME ESCOGIÓ DIOS? Primero, porque Dios en sus misericordias y sus múltiples bondades envió a su Hijo Jesucristo para salvarnos y morir en la cruz del calvario por nuestros pecados. Como dice la Escritura: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16). “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Y segundo, porque por su gracia maravillosa nos sigue extendiendo el perdón divino y la salvación desde el cielo. Está Escrito: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es un regalo de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Y esta gracia es suficiente para perdonar todos nuestros pecados con la sangre de Cristo Jesús, el Hijo Amado, y limpiarnos de toda maldad.

 

¿PARA QUÉ ME ESCOGIÓ DIOS? 

I) Las Escrituras dicen: Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa” (Marcos 3:13-19).

Así como Jesús hizo un llamado en aquel entonces de doce apóstoles en la tierra, con diferentes caracteres y personalidades como tú y yo. Hoy en día, Jesús hace el mismo llamado, pero desde el Monte Zion, el trono de Dios en el cielo, a todos aquellos que quieran venir a Él para consagrarlos a su servicio y bendecirlos para que nada les falte. Pero ¿Cuáles fueron los propósitos del llamado de Jesús a sus discípulos?          

 1) PARA QUE ESTUVIESEN CON ÉL. El estar con Jesús es un privilegio porque eres un discípulo del Maestro, aprendes de Él, y a su lado nada te falta porque Dios suple todas las necesidades de sus hijos: físicas, sociales, mentales y espirituales. Una de las bendiciones al estar al lado de Jesús es su protección (Salmos 34:7, 23:4-5, 91:11, 125:1-2). Otra de las bendiciones es que Él suplirá todas nuestras necesidades (Salmos 23:1, Filipenses 4:19, Salmos 34:8). Otra bendición es su compañía (Josué 1:9, Isaías 41:10, Mateo 28:20, Romanos 8:31, Hechos 18:9-10). Hablas con Él todo el tiempo a través de la oración, y escuchas su voz (las Sagradas Escrituras) como una oveja escucha a su Pastor Celestial.  Y en las pruebas o problemas de esta vida buscas el consejo de tu Pastor Celestial.

  2) PARA ENVIARLOS A PREDICAR. La Biblia también dice: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Todo lo que uno aprende al lado de Jesús, debe ser compartido, es decir, la salvación que por gracia nos da el Salvador del mundo, debe ser compartida a otras personas a través de nuestro testimonio, especialmente a nuestros seres amados y amigos. El apóstol Pablo dijo: “Que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10). Y sigue diciendo en el mismo capítulo: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» (Romanos 10:14-15). Al creer en Jesús, Dios nos perdona todos nuestros pecados e iniquidades; y nos justifica día con día, al dar el borrón y cuenta nueva en nuestro libro de memorias. Por lo que, predicar de Jesús significa hablar a otras personas de las buenas nuevas de salvación, que no importa la vida pasada, Dios se interesa por ti y por mí, y quiere que hagamos la diferencia con Él a su lado, entre lo santo y lo profano, entre lo bueno y lo malo, entre lo justo y injusto.

 3)  Y QUE TUVIESEN AUTORIDAD PARA SANAR ENFERMEDADES Y PARA ECHAR FUERA DEMONIOS.

¿Cómo se puede tener autoridad para sanar enfermedades? En aquel entonces, después de que Pedro se arrepintió y se entregó por completo al servicio del Maestro, Dios lo usó grandemente. Las Escrituras dicen: “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que, al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados” (Hechos 5:14-16). Hoy en día, la oración sigue siendo un medio por el cual Dios sana muchas enfermedades y dolencias si se tiene fe; además de los médicos que son utilizados por Dios en la ciencia para curar las enfermedades físicas y mentales. También otra forma de prevenir y sanar enfermedades, es a través un cambio del estilo de la alimentación, debido a que muchos alimentos a lo largo de su consumo, producen enfermedades, de ahí del dicho naturista que dice: "que tu medicina sea tu alimento y tu alimento tu medicina".  Y finalmente,la forma recomendada por la Biblia es a través de la Reforma Pro Salud con las siglas “ADELANTE”: Agua, Descanso, Ejercicio, Luz solar, Aire, Nutrición, Temperancia y Esperanza (Fe). Ejercita estas prácticas y remedios como hábitos diarios y siempre estarás sano. 

4) PARA SER UN PUEBLO ESPECIAL, como dice el texto de arriba. Y alguien ESPECIAL es alguien muy amado o amada por Dios, y tú que lees estas promesas eres muy amado/amada por Dios, el Padre, y por su Hijo Jesucristo. Él ha prometido amarte y bendecirte adondequiera que vayas porque eres su especial tesoro. Como dice la Escritura: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Éxodo 19:5-6). “Señor, tú me has examinado, y me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares. Pues aún no está la palabra en mi lengua, cuando tú Señor, ya lo sabes todo. Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo. ¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡Me sostendría tu mano derecha!” (Salmos 139:1-10).

II) Las Escrituras también dicen: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1ª Pedro 2:9).

5) PARA SER LINAJE ESCOGIDO. En los países que todavía se conserva la Monarquía, es una ley que los hijos que nacen del rey y la reina sean linaje escogido para ser herederos al trono, y así continuar por sus generaciones. E igualmente para los cristianos que hemos aceptado a Cristo Jesús como nuestro Salvador personal, Dios nos considera de la Sangre Real porque nos ha comprado doblemente, por creación y por redención. La Escritura dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1ª Cor. 6:19-20)

6) PARA SER REAL SACERDOCIO. En el Antiguo Testamento, los levitas eran los sacerdotes encargados de ministrar todas las cosas sagradas en el santuario: hacían los sacrificios por el pecado, leían las Sagradas Escrituras y oraban por los hijos de Israel, cuyas ofrendas eran ofrecidas a Dios para el perdón de sus pecados. Y Hoy en día, el recibir este privilegio trae consigo la misma responsabilidad delante de Dios: ofrecer y entregar nuestra vida a Cristo como el Único sacrificio (Hechos 4:12), Escudriñar las Escrituras (Juan 5:39), orar por las familias e hijos de Dios (Mateo 21:22), y portar las vestiduras de la gracia de Dios siendo un cristiano temeroso de Dios, apartado del mal, lleno del Espíritu Santo y de sabiduría, y de buen testimonio (Hechos 6:3). 

7) PARA SER NACIÓN SANTA. En aquel entonces, Israel era la única nación que adoraba a nuestro Padre Dios, y como Dios es santo, el estar cerca de Dios le daba ese privilegio. Hoy en día, todos los seres humanos que están cerca de Dios son santos porque la santidad de Dios, en Cristo Jesús, le es dada a todo aquel que le acepta como su Salvador personal. Dice la Escritura: “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1ª Pedro 1:15-16).

8) PARA SER PUEBLO ADQUIRIDO POR DIOS. Desde el momento que aceptamos a Cristo, nos redime, perdona y salva porque nos creó y nos rescató con su sangre desde la cruz del Calvario. 

9) PARA QUE ANUNCIÉIS LAS VIRTUDES DE DIOS. Dios nos llamó con un propósito en esta tierra, no fue el de acumular riquezas o bienes temporales, estos son solo los medios de bendición de parte de Dios, sino para tener una proyección futura para la eternidad. Y ¿cuáles son las virtudes de Dios? Dios es santo, Dios es bueno, Dios es justo, Dios es perdonador y Dios eterno, es decir, su carácter. Y quiere que estés con Él por la eternidad. 

10) PARA QUE SEAS FELIZ, siendo la luz del mundo, la sal de la tierra y para que guardéis sus mandamientos. Al aceptar a Cristo Jesús como hijos de Dios, tenemos la esperanza de vivir por la eternidad, y los frutos del Espíritu se desarrollan en nuestras vidas, y no hay ninguna ley, ni condenación contra nosotros sino solo justificación y santificación. Escrito Está: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23). 

 

El Hijo de Dios es el centro del gran plan de redención que cubre todas las dispensaciones. Es el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"(Juan 1:29). Es el Redentor de los caídos hijos de Adán en todos los siglos del tiempo de gracia humano. "En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4: 12. ¿Deseas aceptarlo en este día para que te redima junto con tu familia? Dios te colme de bendiciones en este día.