EL MOMENTO MÁS FELIZ DE TU VIDA

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con él (1ª Tesalonicenses 4:16,17).

 

Alguna vez te has preguntado ¿Cuál fue el momento más feliz de tu vida? Tu respuesta viene a la mente y recordarás el día en que conociste la chica o el chico de tus sueños, o aquel momento en que te graduaste y por el cual disfrutas una vida de bienestar, o el día de tu primer empleo, o el día de tu boda, o el día en que te dieron las llaves de tu carro o te lo ganaste en una rifa, o el día en el que compraste tu casa, o el día en que te bautizaste de forma cristiana, o el día en que nació tu primer bebé, etc. en todos estos momentos la secreción de endorfinas de parte de tu cerebro te hizo una de las personas más felices del mundo y reconociste que si se pudo. Sin embargo, el tiempo ha avanzado y muchas de estas cosas ya no existen, o se han perdido y aun cuando las tienes ya no las disfrutas más; y todo esto fue parte de las realizaciones de tu vida.  Sabes, en esta vida todo es pasajero y nadie es eterno en la vida porque el tiempo pasa y nos llegan las canas, las enfermedades, los problemas, las penas, y por mucho que lo tengas todo, nunca se es feliz por los tiempos en que estamos viviendo: tiempos de conflictos sociales, problemas de divorcios, problemas con los hijos, problemas por la herencia familiar, pandemias, gobiernos corrompidos, crimen organizado, pérdida de empleo, no tengo para comer, no tengo para la renta, o lo tienes todo y de repente llegan los malos y te lo arrebatan, etc. Sabes también, la Biblia dice: “ Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Más el que perseverare hasta el fin, ese será salvo (Mateo 24:12-13).

 Y aun y con todo esto, hay una esperanza. Cuán gloriosa y maravillosa es la esperanza cristiana, la “esperanza bienaventurada [dichosa, feliz]” de la segunda venida de Cristo (Tito 2:13). Jesús quiso llenar nuestros corazones con la bendita esperanza de que, al final de la historia y de tu vida, y precisamente para finalizarla, vendría otra vez para terminar con el mal y el dolor, y llevarnos a ese mundo feliz que todos soñamos. Por eso dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-3).

Lo primero que hará en su segunda venida será devolverles la vida a todos los hombres, mujeres y niños de buena voluntad que en vida amaron a Dios y a su prójimo. Y luego, enviará a sus ángeles por toda la Tierra (Mateo 24:31) para reunir a los que estén vivos y sean salvos con sus amados que han resucitado. Nos reuniremos con nuestro Salvador “en el aire”, para luego emprender un maravilloso viaje intergaláctico hasta el cielo, en esa gran fiesta final de la historia, donde todos los hombres y las mujeres de buena voluntad recibirán la gloria prometida.

Ese será el día más feliz de tu vida: reunirte para siempre con tus amados que has perdido; saber que ahora se hallan seguros de todo mal, de todo peligro, de todo dolor. Poder ingresar en un mundo feliz, sin sombra de maldad ni sufrimiento, saturado de eterna dicha. Las Sagradas Escrituras nos confirman esta esperanza: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Apocalipsis 21:1-5).  Y, sobre todo, ver cara a cara y abrazar a aquel Ser que te amó como nadie en la Tierra, que dio su vida por ti en la cruz del Calvario y que se dedicó a trabajar por tu salvación. ¿Tienes planes de estar ahí? Y sino piénsalo bien. Hoy es el día de tus decisiones y hacer planes con Jesús. Dios te bendiga junto con tu familia.