EL REINO DE LA GRACIA

“EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO, Y EL REINO DE DIOS SE HA ACERCADO; ARREPENTÍOS Y CONVERTÍOS, Y CREED EN EL EVANGELIO” (MARCOS 1:15).

Los judíos soñaban con el Mesías: Cristo lo fue. Soñaban con la extensión de su reino en todo el mundo: Cristo vino a anunciar ese reino. Pero habían olvidado que el reino de Dios tiene dos etapas: la gracia y la gloria. La etapa de la gracia se desarrolla en el ámbito terrenal. Dios mismo se hizo Hombre y modeló el hombre ideal. Fue Maestro y predicó un reino espiritual. Fue santo, y esparció en la tierra la atmósfera del cielo, la del amor. Fundó una iglesia sin fronteras nacionales o raciales para hermanar a los hombres. Y luego, el “Cordero de Dios” (Juan 1:29) cargó su cruz y se ofreció en sacrificio. Aquel a quien habían representado los corderos en el templo ofreció su vida en expiación del pecado (Isa. 53:3-5).

Pero los judíos ya no entendían el significado de tales sacrificios. Igual que los paganos, creían que Jehová se enojaba con su pueblo transgresor, y que la sangre de los sacrificios calmaba su ira. Cuando Cristo se proclamó el Mesías, y tres años y medio después murió en la cruz, los judíos lo consideraron impostor. El verdadero Mesías no muere, más bien debe reinar sobre toda la tierra, aquí y ahora —pensaban.

Al tercer día Jesús resucitó y fue glorificado. Ascendió al cielo y fue investido Sumo Pontífice, ministerio que desempeñará hasta el fin del tiempo de intercesión en favor del pecador. Cuando termine ese plazo y Cristo venga por su pueblo, el reino de gracia dará lugar al reino de gloria.

En el reino de la gracia todos los humanos no importando raza, sexo, religión, país u condición social  tienen acceso a la salvación solo por los méritos de Cristo. Veamos las bendiciones:

En el reino de gracia los cristianos viven por fe, creyendo en Dios sin verlo y leyendo la Biblia como un libro de texto y esperanza. “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).  “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

En el reino de gracia los cristianos son salvos solo por gracia de Dios y no por sus méritos u obras humanas. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

En el reino de gracia los cristianos piden perdón todos los días en el nombre de Cristo Jesús y Dios les perdona. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1ª Juan 1:9). “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).

En el reino de gracia los cristianos oran todos los días y Dios contesta sus peticiones de cualquier índole. “Orad sin cesar” (1ª 1 Tesalonicenses 5:17). “Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará” (Salmos 37:4-5). “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7-8). “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22).

En el reino de la gracia los cristianos se aman así mismos y aman a sus semejantes. “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:34-35).

En el reino d la gracia los cristianos siguen el ejemplo de Cristo y guardan sus mandamientos. “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15). “Si me amáis, guarda mis mandamientos” (Juan 14:15). “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).

En el reino de gracia el creyente es librado de la condenación del pecado, y durante el resto de su vida es liberado del dominio del pecado. Pero aunque fiel, no ha sido librado de la presencia del pecado en su naturaleza.

En el reino de la gracia los cristianos tienen un Amigo. “Los llamo amigos, porque les he contado todo lo que me enseñó mi Padre. Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes…Y esto les ordeno: Que se amen unos a otros” (Juan 15:15-17). Un Intercesor. “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34). Un Mediador. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1ª Timoteo 2:5). Y un Abogado. “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1ª Juan 2:1).

 

Cuando Cristo venga, la iglesia será trasladada al cielo y entrará en el reino de gloria. Los redimidos serán librados de la presencia del pecado, y vivirán con Dios durante mil años en el cielo. Al fin de ese período, el reino de Dios se establecerá en la Tierra. Jerusalén será su capital, Jesucristo su gobernante, y los santos vivirán en armonía. ¿y El reino de la gloria? … Continuará. Dios te bendiga.