RECOMPENSA DE LOS QUE GUARDAN EL PACTO DE DIOS

 

Introducción

Todos los humanos estamos en una guerra espiritual constante, debido a que nuestra naturaleza caída nos aparta de lo bueno, y nuestra lucha empieza todas las mañanas entre buscar a Dios y sujetarnos a sus promesas y aferrarnos a ellas, o rechazarlas y vivir aparentemente siendo buenos ante una sociedad, pero por debajo del agua nuestras obras son obras de maldad y pecado. Porque probablemente tu veas un vecino muy bueno y ayudador, pero no sabes si es un criminal, un narco, un secuestrador, un asaltador, o un buen cristiano, etc. La Biblia dice: “Porque por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20). La Biblia también dice: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:13-14). En resumen, la vida cristiana solo se basa en dos cosas: 1) aceptar a Jesús como nuestro Salvador, seguirle y tratar de hacer su voluntad mostrando al mundo los frutos del Espíritu que son: “amor, felicidad, paz, paciencia, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23); y 2) guardar sus mandamientos. El todo del hombre no son las riquezas que posee y acumula, los bienes materiales, los carros, sus casas, la fama, sus mujeres o amantes, sus títulos de universidad, etc. sino el temor de Dios, es decir, el conocimiento del altísimo en nuestro corazón y tener una esperanza después de esta vida. También las Escrituras dicen: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:26-27). Apartar un tiempo para Dios, guardar el sábado, es guardar su pacto.

 

1. ¿Qué bendiciones tiene el guardar el Pacto de Dios?                                Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día sábado para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis sábados, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día sábado para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:1-7).

 

2. La observancia del día de reposo.                                                            “Si retrajeres del día sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado“ (Isaías 58:13-14).

 

3. Santificad mis sábados.                                                                          “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico” (Ezequiel 20:12). “Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis preceptos, y ponedlos por obra; y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios” (Ezequiel 20:19-20).

 

LECCIONES DE APRENDIZAJE:

 Muchos cristianos dicen que el sábado era para los judíos, y que por eso no debe ser guardado, sin embargo, cuando el sábado fue creado desde el Jardín del Edén no había judíos (Génesis 2:2-3).

 Los Hebreos fueron los portadores de las Sagradas Escrituras del Antiguo Testamento. Dice el Apóstol Pablo: “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios” (Romanos 3:1-2).

 Jesús guardó el sábado junto con sus discípulos (Lucas 4:1, Marcos 6:1-2).

 El apóstol Pablo, el apóstol de los gentiles o extranjeros, guardaba el sábado fuera de Jerusalén: Pablo y Bernabé en Antioquía (Hechos 13:42-44), Pablo y Silas en Filipos (Hechos 16:11-13), Pablo en Tesalónica (Hechos 17:1-3), Pablo en Corinto (Hechos 18:1, 4-5).

 Dios invita a los extranjeros para que traigan sus ofrendas y holocaustos. A los amen al Señor, y que guarden el sábado para no profanarlo, Dios nos llevará a su santo monte porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos (Isaías 56:1-7). 

Como todos los sábados, es mi invitación para que hagas planes con Dios, y si tus amas a Dios y lees Éxodo 20:8-11, el sábado es el día del Señor, y es el pacto eterno con todos los que creen en él. Te invito para que lo guardes. Bendiciones