EL USO DEL TIEMPO Y EL EQUILIBRIO

 

«Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1).

 

¿En qué te pasas el tiempo en estos días? ¿Cuáles son tus prioridades? ¿El trabajo?, ¿los amigos?, ¿tu familia?, ¿Dios? o ¿las adicciones a cualquier cosa? El capítulo 3 de Eclesiastés dice que hay tiempo para todo, dice la Sagrada Escritura: “Todo tiene su momento; todo lo que sucede bajo el cielo ocurre de acuerdo a un plan. Hay un tiempo para nacer y otro para morir; un tiempo para plantar y otro para arrancar las plantas…Hay un tiempo para matar y otro para sanar; un tiempo para abrazarse y otro para dejar de abrazarse. Hay un tiempo para buscar y otro para detener la búsqueda. Hay …un tiempo para guardar silencio y otro para hablar. Hay un tiempo para amar y otro para odiar, un tiempo para la guerra y otro para la paz” (Eclesiastés 3:1-8). Todo esto incluye nuestras experiencias y conductas diarias por las que pasamos la mayoría de los seres humanos. Conductas opuestas como: nacer y morir, trabajar y descansar, callar y hablar, llorar y reír, amar y odiar, la guerra y la paz. Durante toda nuestra vida terrenal tenemos de todo, pero debemos de buscar un equilibrio para amarnos los unos a los otros como lo dijo Jesús (Juan 15:17). El problema de estos tiempos son los extremos o las adicciones que hacemos de ellos. Por ejemplo, el trabajo no es malo, es una bendición porque Dios la puso desde el jardín del Edén, pero cuando nos vamos al extremo: a) descuidamos nuestro cónyuge, y se pierde la comunicación, a tal grado que nos andamos divorciando porque ya casi no estamos en casa, y como todo jardín (el hogar), las flores requieren ser regadas; b) descuidamos nuestros hijos, y al hacerlo, pierden el rumbo de su vida en sus metas y logros, falta de identidad, van mal en la escuela o se van a los vicios de las drogas; c) descuidamos nuestra relación con Dios, no estamos conectados a través de la oración para pedirle sabiduría y adorarlo, sabiendo que algún día daremos cuentas de todo lo que hicimos en la tierra y; d) descuidamos y perdemos lo más caro, nuestra salud. Por lo que, todo que ganamos se tira por la borla, es decir, lo desperdician los hijos y no le dan valor, o lo invertimos de nuevo para recuperar nuestra salud. Debemos buscar un equilibrio en todo.

Si tuvieras que listar el orden de las siguientes prioridades ¿Qué orden le pondrías? El trabajo, los amigos, oración, las diversiones, salidas familiares recreacionales, diálogos con los hijos, estudio diario de la Biblia, hacer planes diarios. 

Las Sagradas escrituras dicen: “Por tanto os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Más ¿quién de vosotros podrá, acongojándose, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido ¿por qué os preocupáis? Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido, así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os preocupéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los Gentiles buscan todas estas cosas, pues vuestro Padre celestial sabe de qué cosas tenéis necesidad. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os preocupéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga. Basta cada día su afán” (Mateo 6:25-34).

Te comparto estas PROMESAS como ayuda para tus prioridades porque estas son las mías. 1) BUSCAR A DIOS: “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan” (Proverbios 8:17). “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para darles un futuro y una esperanza. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:11-13). “Orad sin cesar” (1ª Tesalonicenses 5:17). “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22).

2) CUIDA TU JARDÍN: “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican: Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guarda. Es por demás el que madruguéis temprano, y el veniros tarde a reposar, para comer pan de dolores: Pues que a su amado, Dios dará el sueño” (Salmos 127:1-2). “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (Efesios 5:25-28).

3) CUIDA DE TU TRABAJO. “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15). Dios te puso en un trabajo para lo cuides, seas responsable, hagas lo mejor, y ores por tu patrón o dueño de la compañía, porque de ahí comes y vives, por la voluntad de Dios.  

4) DIALOGA CON TUS HIJOS. Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás” (Eclesiastés 11:1). “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará” (Gálatas 6:7). “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). “El diálogo o las negociaciones con los hijos habla de una paternidad autoritativa, es decir, cada uno tiene el derecho a exponer sus puntos de vista en el hogar, opinar sobre ciertos asuntos que incumben a la familia. 

5) BUSCA AMIGOS SINCEROS. Buscar amigos que tengan buenos principios, valores y buenos modales, que sean personas sencillas, nobles y de buena reputación, con las que, con el tiempo podamos mantener una relación amistosa como hermanos de sangre. Algunos ejemplos de personajes tenemos Enoc y Dios (Génesis 5:24), David y Jonathan (1 Samuel 18), Juan el discípulo amado con Jesús (Juan 21:20), Pablo y Bernabé (Hechos 13:46), Pablo y Timoteo (2ª Timoteo 1:2), etc. 

6. BUSCA TIEMPO PARA LA RECREACIÓN. Haz un tiempo para salir a recrearte con tu familia y caminar o correr juntos. Y esto hace que las endorfinas y la serotonina se segreguen constantemente y seamos felices.

7. CUIDA DE TU SALUD. Haz ejercicio cada tercer día por lo menos, o si puedes diariamente: camina, estira tus manos y tus pies, y relájate. La Biblia dice: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3ª Juan 2).  Dios quiere que tengas éxito en todo, pero sin descuidar tu vida espiritual. 

Y por último, no olvides que el tiempo más sagrado, es aquel que Dios BENDIJO y SANTIFICÓ para Él, y ese tiempo, es el del SÁBADO”. Guárdalo para su honra y gloria conforme al mandato en su Santa Ley (Éxodo 20:8-11).

El salmista nos lo recuerda: «Mas yo en ti, Jehová, confío; digo: "¡Tú eres mi Dios, en tu mano están mis tiempos!”» (Salmos 31:14-15). Dios tome el control de tu vida y la mía porque Él es quien nos da la vida, nos cuida, nos protege y nos bendice cada día.