LO QUE TODO CRISTIANO DEBE DE SABER

«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”… Santifícalos con tu verdad, tu Palabra es verdad» (Juan 8:32, Juan 17:17).

 

Saludos a todos y a todas, que tengan un bendecido día, y que el Dios todopoderoso les bendiga... Hoy quiero recordarte lo que todo cristiano debe de saber, y si no lo sabes, es el momento de aprenderlo como discípulos de Jesús, no importando la Iglesia. ¿Estás conmigo? Aquí vamos, sigue las pisadas de esta enseñanza que dejó Cristo para todos sus seguidores.

 

1) El Sacrificio de Cristo y su propósito. Dicen las Escrituras: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:16-19). Ahora bien, ¿cuándo eres hijo de Dios? Siguen diciendo las Escrituras: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13). Cuando aceptas a Cristo Jesús como tu Salvador personal y decides echar tu suerte con Él para salvarte, el Padre te llama hijo.

 

2) La Gracia de Cristo Jesús para salvar: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2ª Corintios 8:9). “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:23-24). 3). Las obras son buenas cuando son de corazón y son un testimonio genuino de que seguimos al Maestro Jesús y no al Diablo. La salvación es solo por gracia de Dios.

 

3) Las promesas de su venida: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-3). Dos ángeles confirmaron el regreso de Jesús a esta tierra: “ Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:9-11). El apóstol Pedro dijo:  “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2ª Pedro 3:9).

 

4) El propósito de su venida: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27). “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo… Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:31-34,41) “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:27-28).

 

5) La gran resurrección de los muertos y la traslación de los vivos al cielo en un momento y abrir de ojos.  Dice la Escritura: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1ª Tesalonicenses 4:16-18). Así que como no ha habido resurrección, nadie ha recibido la recompensa hasta que venga el Rey de reyes, Jesucristo, nuestro Salvador.

 

6) El estado de los muertos, es decir, que nadie se ha ido al cielo u cualquier otro lugar para adorar a Dios o al infierno para que esté ardiendo. Dice la Escritura: “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”… Por tanto, “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el panteón, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:5-6, 10). Así que, en vida hermano, en vida ama a tus padres, a tu cónyuge, a tus hijos, a todos los que te rodean. También la Biblia dice que Jesús comparó la muerte como un sueño profundo: “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; más voy para despertarle. Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño”... (Juan 11:11-13). También Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). Sabes, yo tengo esa esperanza, tengo muchos amigos y familiares que han descansado en Cristo y deseo volver a verlos cuando venga Cristo Jesús.

 

7) Que los diez Mandamientos de la Ley de Dios estaban vigentes. Cristo Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Y ¿cuáles son los diez Mandamientos? “i) No tendrás otros dioses fuera de mí, ii) No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni en la tierra, ni de las aguas debajo de la tierra, no te inclinarás a ellas ni las adorarás… iii) No tomarás el nombre de Dios en vano, iv) Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra más el séptimo día es sábado para el Señor tu Dios…Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, y las cosas que en ellos hay, pero el séptimo día lo reposó. Por tanto, el Señor bendijo el sábado y lo declaró santo, v) Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en esta tierra, vi) No matarás, vii) No cometerás adulterio, viii) No Robarás, ix) No Mentirás, y x) No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Éxodo 20:3-17).

 

8) Que el sábado del Señor sigue vigente porque cuando vino Cristo a esta tierra, lo guardó: “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (Lucas 4:16).                                                                                                        Jesús también lo guardó con sus primeros cuatro discípulos. Dice la Escritura: “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron. Y entraron en Capernaum; y los días sábados entrando en la sinagoga, enseñaba” (Marcos 1:16-21). Y después de su ascensión al cielo, lo guardaron sus apóstoles: (Pablo) Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo (Hechos 17:1-3). Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y discutía en la sinagoga todos lossábados, y persuadía a judíos y a griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios” (Hechos 18:1, 4-5,11).

 

9) El Ministerio de Cristo a la diestra de Dios Padre: Como Único nombre dado a los hombres, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Como Intercesor, “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, es el que también resucitó; quien, además, está a la diestra de Dios, y quien también intercede por nosotros” (Romanos 8:34). Como Mediador, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1ª Timoteo 2:5). Como Abogado, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1ª Juan 2:1). Y como Juez de vivos y muertos, “Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos” (Hechos 10:42). Y si Cristo Jesús es tu Amigo, tu Consejero, tu Mediador, tu Intercesor, tu Abogado y tu Juez ¿de qué te preocupas? Él tiene tu caso ganado, viene por ti y por mí.

 

Y como una conclusión quiero hacerte la pregunta: ¿La Iglesia a la que asistes guarda todas estas verdades? Tú si las puedes guardar o buscar una Iglesia que tenga estas promesas. Dios te bendiga con todos tus seres amados, tus amigos. Extienda su manto de justicia y de sanidad alrededor sobre ti, te dé salud y te restaure física y emocionalmente.