EL CUARTO SELLO: EL CABALLO AMARILLO

 

«Y Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra» (Apocalipsis 6:7-8). 

 

Saludos a todos... En el estudio de los Sellos de Apocalipsis, hoy veremos el Cuarto Sello: El Caballo Amarillo. Y el mensaje de la visión que se le muestra al apóstol Juan textualmente dice: “El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando” (Apoc. 4:7). Y este último ser viviente, llama al apóstol Juan para ver el cuarto sello. Y nuevamente aquí vamos con las características del Cuarto Sello que son las siguientes:

 

1) El cuarto ser viviente, era semejante a un águila volando. La Biblia dice: “Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas” (Mateo 24:28). Literalmente cuando hay un cuerpo muerto, se juntan las águilas declarando mortandad; y esta es una metáfora para explicar la muerte del cristianismo apostólico a partir de los años 538, cuando se inicia el Papado, hasta el año 1517, cuando vino la Reforma Protestante. El apóstol Pablo predijo esta situación diciendo: “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:26-30). 

2) El color amarillo es un amarillo cadavérico y es un símbolo metafórico de la muerte espiritual del cristianismo.  Porque con la unión de la Iglesia y Estado dada por Constantino, la Iglesia pierde toda su pureza espiritual al pasar a manos del Imperio. Dice el Diario SIGLO XXI: “Después de que Constantino inauguró el Concilio de Nicea en el año 325 vestido pomposamente, como un auténtico rey-sacerdote, algo totalmente ajeno a los sobrios usos y costumbres romanos. El emperador abrió el concilio con un solemne discurso pronunciado en griego, y ataviado con unos pesados y vistosos ropones talares adornados con lujosos brocados hechos en oro y plata. Una imagen que se corresponde más con la de un papa medieval, que con la de un clásico emperador romano. En Nicea, el emperador impuso el dogma de la Santísima Trinidad presionado por los obispos reunidos en el concilio partidarios del mismo. Así como la definición de «católico», término que proviene del griego καθολικός (katholikós) y que significa “universal”. Entre los títulos que solían ostentar los emperadores –aunque no todos– estaba el de “pontifex maximus” o sumo pontífice, porque eran el puente entre los súbditos y sus dioses. Y en Nicea, durante el concilio, Constantino ejerció de sumo pontífice a todos los efectos, tal vez, por primera y única vez en la dilatada historia del Imperio Romano. 

“Los papas se convirtieron, por derecho propio, en los auténticos soberanos de Roma puesto que los césares, de hecho, habían abdicado renunciando a sus obligaciones como gobernantes. El papa Simplicio, sucesor de León I, vivió el fin del Imperio de Occidente (año 476) cuando el rey de los hérulos, Odoacro depuso al emperador Rómulo Augústulo y envió las insignias imperiales a Constantinopla. Sin embargo, el Imperio Romano no desapareció completamente. Continuó en Oriente, y en Occidente su legado perduró bajo otra apariencia: a partir de entonces Roma fue la ciudad de los papas, y el Imperio se transformó en la Cristiandad”.

 

Las imágenes de los viejos dioses fueron reemplazadas o asimiladas con la nueva simbología cristiana. Sobre el lugar donde se levantaba el bello templo de Afrodita se construyó la nueva Basílica de los Apóstoles. Varias generaciones más tarde se difundió una historia sobre la visión divina que llevó a Constantino a reconstruir la ciudad, según la cual un ángel que nadie más que él podía ver, le condujo en un circuito a través de los nuevos muros. Tras su muerte, la ciudad volvió a cambiar su nombre por el de Constantinopla, «la Ciudad de Constantino», y lo mantuvo hasta que el 29 de mayo de 1453 la ciudad fue tomada por los turcos otomanos y pasó a llamarse Estambul.

https://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/70438/constantino-creador-iglesia-catolica-emperador-pagano-goberno-mano-hierro

 

3) El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía. La palabra “Muerte” vino como consecuencia del pecado desde que Adán y Eva desobedecieron la Palabra de Dios. La Biblia dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Y la palabra “Hades” significa sepultura o lugar de los muertos. Y la misma biblia dice: “Porque la paga del pecado es la muerte… (Romanos 6:23). Y así fue que la Iglesia murió espiritualmente por sus pecados desde que el Emperador Constantino unió la Iglesia con el Estado, dejando a los Papas la misma jurisdicción durante toda la Edad Media. 

 

Dice una escritora: “El advenimiento de la iglesia romana al poder marcó el principio de la Edad Media. A medida que crecía su poder, las tinieblas se hacían más densas. La fe pasó de Cristo, el verdadero fundamento, al papa de Roma. En vez de confiar en el Hijo de Dios para obtener el perdón de sus pecados y la salvación eterna, el pueblo recurría al papa y a los sacerdotes y prelados a quienes él invistiera de autoridad. Se le enseñó que el papa era su mediador terrenal y que nadie podía acercarse a Dios sino por medio de él, y andando el tiempo se le enseñó también que para los fieles, el papa ocupaba el lugar de Dios, y que por lo tanto debían obedecerle implícitamente. Con sólo desviarse de sus disposiciones se hacían acreedores a los más severos castigos que debían imponerse a los cuerpos y almas de los transgresores. Así fueron los espíritus de los hombres desviados de Dios y dirigidos hacia hombres falibles y crueles; sí, aún más, hacia el mismo príncipe de las tinieblas que ejercía su poder por intermedio de ellos. El pecado se disfrazaba como manto de santidad. Cuando las Santas Escrituras se suprimen y el hombre llega a considerarse como ente supremo, ¿qué otra cosa puede esperarse sino fraude, engaño y degradante iniquidad? Al ensalzarse las leyes y las tradiciones humanas, se puso de manifiesto la corrupción que resulta siempre del menosprecio de la ley de Dios” (Elena White: Conflicto de los Siglos, pág. 59).

“Mas "el apogeo del papado fue la medianoche del mundo." (Wylie, The History of Protestantism, libro 1, cap. 4.) Las Sagradas Escrituras eran casi desconocidas no sólo de las gentes sino de los mismos sacerdotes. A semejanza de los 65 antiguos fariseos, los caudillos papales aborrecían la luz que habría revelado sus pecados. Rechazada la ley de Dios, modelo de justicia, ejercieron poderío sin límites y practicaron desenfrenadamente los vicios. Prevalecieron el fraude, la avaricia y el libertinaje. Los hombres no retrocedieron ante ningún crimen que pudiese darles riquezas o posición. Los palacios de los papas y de los prelados eran teatro de los más viles excesos. Algunos de los pontífices reinantes se hicieron reos de crímenes tan horrorosos que los gobernantes civiles tuvieron que procurar deponer a dichos dignatarios de la iglesia como monstruos demasiado viles para ser tolerados. Durante siglos Europa no progresó en las ciencias, ni en las artes, ni en la civilización. La cristiandad quedó moral e intelectualmente paralizada” (Elena White: Conflicto de los Siglos, pp. 64-65)

4) Y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre. El jinete del "caballo amarrillo" también recibe el poder para matar con espada, con hambre..."  Y de esta forma dejar a muchos seres humanos sin el alimento necesario para conservar tanto la vida física como espiritual. La espada de la Iglesia en el tiempo medieval se dejó ver por las Cruzadas y la Santa Inquisición contra todos aquellos que se levantaban con la Biblia y enseñaban al pueblo sus doctrinas como un medio de salvación, y entre ellos se contó a los Valdenses.

 Dice la Historia: “La espada se levantó contra la Iglesia del desierto o los Valdenses, quienes surgen en el siglo XII a partir del movimiento de los Pobres de Lyon y de la predicación de Pedro Valdo. Los llamados Pobres se originaron, en Lyon, sur de Francia, como consecuencia de la predicación de Pedro Valdo, a partir de su conversión, ocurrida en la primavera de 1173. De casa en casa Pedro Valdo iba diariamente leyendo y explicando el Evangelio, que había hecho traducir en lengua vulgar, esparciendo palabras de humildad y de simplicidad, con el gesto amplio y confiado del sembrador. Se reunían en cualquier lugar, en las calles como en las casas. Como Pedro Valdo, se habían despojado de sus bienes a beneficio de los menesterosos y, exentos de toda preocupación por el futuro, nutrían la esperanza, no sólo de salvar su alma, sino de hacer obra saludable para la cristiandad, volviendo la fe a la pureza de sus orígenes (Ernesto Comba. Historia de los Valdenses. Editorial: Libros CLIE, Barcelona, 1987). https://es.wikipedia.org/wiki/Or%C3%ADgenes_del_movimiento_valdense

 

Dice Elena White: “En el siglo XIII se estableció la más terrible de las maquinaciones del papado: la Inquisición. El príncipe de las tinieblas obró de acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos, Satanás y sus ángeles gobernaron los espíritus de los hombres perversos, mientras que invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de hechos por demás horrorosos para ser presentados a la vista de los hombres. "Babilonia la grande" fue "embriagada de la sangre de los santos." Los cuerpos mutilados de millones de mártires clamaban a Dios venganza contra aquel poder apóstata. El papado había llegado a ejercer su despotismo sobre el mundo. Reyes y emperadores acataban los decretos del pontífice romano. El destino de los hombres, en este tiempo y para la eternidad, parecía depender de su albedrío. Por centenares de años las doctrinas de Roma habían sido extensa e implícitamente recibidas, sus ritos cumplidos con reverencia y observadas sus fiestas por la generalidad. Su clero era colmado de honores y sostenido con liberalidad. Nunca desde entonces ha alcanzado Roma tan grande dignidad, magnificencia, ni poder” (Elena White: Conflicto de los Siglos, pp. 64).

 

¿Te gustaría saber más de este período del cristianismo y qué pasó con la Iglesia de Cristo? Te invito para continuar con el estudio paralelo a este período: “Mensaje a la Iglesia de Tiatira”. Dios te bendiga y te guarde de todo mal en esta pandemia y de todas las enfermedades. Te dé salud y bendiga a todos tus seres amados. Bendiciones.